
Hace apenas cuatro años conmemorábamos el primer combate de Francisco Ramírez en suelo entrerriano. Hoy, en el bicentenario de su muerte en combate heroico y por qué no romántico, volvimos al arroyo Ceballos aquí nomás, cerquita de Larroque, para señalarlo definitivamente como lugar histórico y homenajear a quienes ofrecieron su coraje en defensa de los ideales Artiguistas de libertad, federalismo y “soberanía particular de los pueblos”.
En un encuentro de caminos, a la sombra de un añoso tala y de la bandera entrerriana que lucía apropiadamente su banda federal, un numeroso grupo de vecinos, acudieron a la convocatoria del Grupo de Reflexión ambiental “Mingaché” para realizar este esperado homenaje, que contó con momentos de profunda significación histórica y de intensa actualidad. Al decir de un visitante, “Pletóricos de emociones y felices de comuniones.”
El acto, con la conducción de Luis Andreatta, lo comenzaron jóvenes scouts, cuyo grupo “San Isidro Labrador” participó junto a “Mingaché” de la construcción del monolito. Uno de sus equipos de actividad lleva, por investigación y decisión de los mismos jóvenes, el nombre de Arroyo Ceballos. Se presentaron según sus costumbres y encendieron un fogón ceremonial que acompañó todo el desarrollo del evento explicando su significado.
A continuación Ruben (Kika) Kneeteman, en representación de “Mingaché” explicó las razones del homenaje y la participación del grupo ambiental en el mismo, destacando los aspectos ambientales y comunitarios y la profunda conexión entre el hombre, el lugar, su historia y su presente.
De inmediato, tres mujeres, Silvia Ricalde, por la Biblioteca Popular J. B. Alberdi, María Rosa Álvarez, por el grupo organizador y Abril Antúnez, por el equipo Arroyo Ceballos del grupo scout, procedieron a descubrir el monolito que señala el lugar histórico del combate y luce una hermosa placa con la forma de nuestra provincia en la que, la artesana Fernanda Croce grabó una pluma de ñandú, símbolo federal usado por Ramírez.
Raúl Pedrón, miembro de la agrupación “El Supremo entrerriano” de la ciudad de Paraná, tuvo a continuación unas muy celebradas palabras sobre el motivo del homenaje y dejó unos obsequios en manos scouts. “La gloriosa pluma de ñandú anda por el aire en todo Entre Ríos, no tiene dueño, solo el pueblo es su dueño” nos dijo entre otras referencias, sentidas anécdotas, y la emoción de los presentes se cerró en aplauso.
Tirso Fiorotto, periodista de nuestra provincia, referenció el combate de Arroyo Ceballos, destacando distintos hechos, momentos y vertientes históricas, resaltando la importancia de la mujer en la conformación del tejido comunitario.
Cerramos cantando juntos y a capella “Entrerriano” de Linares Cardozo con esos hermosos versos que dicen: “donde nadie a nadie es más/y esa es mi ley de la igualdad/…soy entrerriano, mande nomás/soy del Supremo, pluma e’ ñandú, bien federal”
A continuación reproducimos el texto que nos hiciera llegar Américo Schwartzman
“Un hecho casi olvidado, en un lugar bellísimo y nuestro, recuperado en ese acto por una comunidad activa, que entiende que esa consigna no es una pieza nostálgica de museo sino una avanzadísima noción de Artigas y del federalismo igualitario y libertario, noción que debemos recuperar porque sigue siendo central en cualquier discusión que abordemos: tanto en la cuestión ambiental, como en la inclusión, la distribución de recursos, la idea de democracia y cualquier otro aspecto de nuestra vida común. Fue un momento hermoso, de mucha trascendencia y emoción.”
Y continúa el mismo: “Luego presentamos el libro “Ramírez, el Supremo: ¿Héroe o traidor?”, con el Gringo (Jorge) Villanova y con Tirso Fiorotto, dos de los autores de esa labor colectiva editada en conjunto por la cooperativa El Miércoles y la Junta Abya Yala por los Pueblos Libres. Fue en la hermosa Biblioteca Popular Alberdi, con Daniela Churruarin como anfitriona, y toda la entusiasta comisión de la biblio, encabezada por su presidenta Silvia Ricalde. Allí además cantaron Franco y Tirso Fiorotto unidos en la pasión común, la palabra coherente y la armonía, el buen humor y la “nobleza de corazón”, la única que aceptaba esa alma libérrima por quien lleva nombre la ciudad.”
La pasamos muy bien y aprovechamos para intercambiar miradas sobre estas cuestiones que nos apasionan… Dejamos en la Biblioteca Alberdi un ejemplar del ‘Ramírez…’ (y de paso un ‘Entre Ríos en anécdotas’, de mi viejo, a quien le hubiera gustado que su obra esté allí).”
Norberto Fiorotto
Vicepresidente
Biblioteca Popular Juan Bautista Alberdi
Miembro de Mingaché